Cuenta la leyenda que un taxista tenía el turno de noche y, para volver a su casa tenía que cruzar un cementerio a eso de las... 10:00 de la noche. Por ese cementerio y no muy lejos había una mansión en la que habitaban dos chicos de 18-20 años y que cada vez que veian al taxista lo saludaban.
Cuando pasaron por aquella mansión. Esta vez los dos chicos no salieron a saludar al taxista, esto lo extraño mucho pero no le dio importancia; de repente oyó la voz ronca y triste de la señora que le decía: Aqui me bajo. El taxista pensando en que la señora era pariente de los jóvenes, la dejó en la puerta de la mansión pero al mirar al espejo reflector vio que la señora solo se quedo mirando la puerta, sin entrar. El estaba demasiado apurado para esperarse pero pudo notar claramente que la señora parecía flotar en el aire. penso que seguramente era su imaginación, ya que estaba muy cansado. Al día siguiente volvió a seguir el camino de siempre y al llegar a la mansión vio a los dos chicos en la puerta a punto de saludarle. El taxista se bajo de su viejo taxi y les contó la historia a los chicos, que al oirla se quedaron atónitos. Cuando el taxista comenzó a describir a aquella señora tan misteriosa, los dos chicos lo miraban asustados, le dijeron esta bromiando verdad? no es posible que esa mujer se haya subido a su taxi porque es nuestra madre y Murió hace poco y la enterramos en este cementerio que ve al lado de nuestra casa todos los días.
Un dia antes de llegar a la mansión, el taxista vió a lo lejos una señora vestida de negro que quería subir al taxi. El al ver que ya estaba lejos de la ciudad decidió llevarla aunque ya había acabado su turno; permitio que subiera y le preguntó a donde quería llegar, pero la señora no respondio, simplemente le dijo siga adelante, ya le diré yo cuando ha de parar.

El taxista estaba tan asustado que no se despidió, se fué directamente a su taxi y siguió su ruta, pero a mitad del camino escuchó la voz ténue de aquella señora y al girarse la vio sentada en el asiento de atrás muy pálida y jadeando... Habia una niebla espesa y no se podia ver el camino.
Con un grito horrible el taxista salió como pudo del taxi y se fue corriendo hacia la nada aunque la mujer le seguía flotando. Tan asustado estaba que no veía por donde iba y se tropezó con una piedra; en el suelo pudo ver como la mujer se le acercaba y ya muy cerca le dijo Gracias por haberme llevado a ver por última vez a mis dos hijos. Al morir desperté extrañamente en aquel cementerio y me perdí, pero ahora creo que podre descansar en paz. Después de eso la mujer desapareció y se llevó la niebla con ella, volvió la claridad y el taxista logro ver el camino nuevamente, ya no volvería a ver a la mujer, ya que ya no tenia asuntos pendientes.
ajaja ta re bn redactada me la imagine mientras leia ;)
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